Bueno, pues hétenos aquí que sobre las siete y media de la mañana del domingo, 14 de octubre de 2007, nos pusimos en marcha, con las legañas más o menos puestas, pero todos prestos a disfrutar de una de las experiencias más inolvidables de nuestra vida. Comenzamos con un cafelito caliente para despejarnos y nos dirigimos a un punto cercano al castillo en donde ya estaban llenando de aire dos enormes globos aerostáticos. Según la Wikipedia, y con permiso de Chuchi al que se supone un especialista en la materia, un aerostato o globo aerostático de aire caliente es una aeronave no propulsada que se sirve del principio de Arquímedes para volar. Siempre están compuestos por una bolsa que encierra una masa de gas más ligero que el aire y de ahí que se conozcan popularmente como globos. En la parte inferior de esta bolsa puede ir una estructura sólida denominada barquilla o se le puede "atar" cualquier tipo de cuerpo, como por ejemplo un sensor. Como no tienen ningún tipo de propulsor, los aerostatos se "dejan llevar" por las corrientes de aire, aunque sí hay algunos tipos que pueden controlar su elevación. Un poco excitados y más o menos temerosos de que la experiencia nos diera vértigo, malestar, mareo o, simplemente, acojonamiento generalizado, rondábamos alrededor de las cestas de mimbre en las que teníamos que acomodarnos hasta diez personas, más el correspondiente piloto. Pues entramos, y relativamente cómodos, aunque en las fotos parece que estamos un poco apelotonados. Tuvimos que trepar al interior de la cesta y, una vez dentro nos acomodamos estupendamente:
Algunos/as tenían cara de sueño, pero estábamos realmente encantados con esta nuestra primera experiencia como aeronautas. Bien es verdad que los dos pilotos resultaron ser muy buena gente y de lo más fiables, afortunadamente.
Una vez realizado el despegue, de lo más suave, comenzó el espectáculo maravilloso del campo salmantino a nuestros pies y un cielo limpio amaneciendo sobre nosotros. La sensación la conocéis bien los que subisteis: placidez, tranquilidad, sosiego y grandiosidad (por aquello de la Z de ZP). Una pasada, difícil de describir con palabras. Lo que se diga, suena inevitablemente a topicazo, pero qué gozada!
En la siguiente foto tenemos a tres aguerridos aeronautas con cara de velocidad y felicidad, si bien es cierto que dentro del globo apenas se nota la velocidad (da la sensación de que tardas en llegar al objetivo que ya llevas viendo desde hace un rato) y tampoco las constantes subidad y bajadas. Sólo de tanto en tanto se oye el rugido de los motores que calientan el aire en el interior del globo. Lo demás es silencio y tranquilidad. Recorrimos unos diez kilómetros en algo más de una hora sobre los campos de los alrededores de Salamanca. Al final, de vuelta en el castillo, recibimos los diplomas que acreditaban que, efectivamente, habíamos realizado nuestro primer vuelo en globo. Aquí se nos ve, tan orgullosos, aquejados por un ataque de "titulitis" aguda: Y estas dos aeronautas en potencia, María y Beatriz, se quedaron en tierra, la segunda por ser la más jovenzuela de toda la reunión y la primera, que también es bastante jovenzuela, porque se encontraba un poquito perjudicada. Juventud, divino tesoro....
Y llegados a este punto, para todos llegó la hora del cierre de maletas y para algunos la hora de las despedidas. Después de estos días tan estupendos daba un poco de pena decir adiós a los que conocías y a los que has conocido con motivo de esta ocasión. Pero los anfitriones tenían todavía conejos en la chistera y llevaron a los que pudieron a conocer Zamora. />Así, un grupo un poco más reducido se desplazó a la ciudad castellana para conocer algunas muestras del Románico (es la ciudad con mayor número de iglesias de este estilo. Tras citarse en la plaza de San Martín, recorrieron con una guia el casco antiguo, visitaron la catedral y dieron el justo colofón a unas jornadas que todos recordaremos con especial cariño. Tras la comida en un lugar típico, cada mochuelo a su olivo. Gracias a los dos por estos días tan maravillosos y que sigáis siendo superfelices.